lunes, 10 de diciembre de 2012

El eclipse de Francia

Durante la primera parte del  el siglo XVI, Francia disputó a España la supremacía en el contexto europeo combatiendo en Italia, Flandes y Borgoña. tanto Francisco I, como su sucesor Enrique II, volcaron su política exterior en contra de su poderoso vecino. Incluso se pactó una alianza con el Imperio Otomano, enemigo de la cristiandad a pesar del  escándalo que supuso en las cancillerías europeas.

El fín de estas contiendas se simboliza en la paz de Cateau Cambresis (1559), Francia renunciaba a Italia, pero recuperaba Calais, el último vestigio de presencia inglesa en  Francia. la Paz se fortalecía con una doble boda: Felipe II, Rey de España se casaba con Isabel de Valois, Hija del Rey Francés Enrique II y Filiberto de Saboya con Margarita de Francia.

Al calor de estos acontecimientos se estaban fraguando problemas internos que simbolizaban la lucha por el poder agravado por los problemas religiosos. El País contaba con cada vez mayor población protestante, la rama reformista que penetró fue la calvinista, se les conocía con el nombre de Hugonotes. su implantación abarcaba grandes zonas de la costa atlántica, entre el Loira y el Garona, la isla de Francia y Aquitania.  La penetración de estas ideas reformistas encontraron eco en toda la sociedad, desde la alta nobleza representada por los Borbones y el almirante Coligny, pasando por las clases artesanales de las ciudades y en menor medida entre los campesinos, aunque hubo zonas de indiscutible predominio. Por otra parte el bando católico estaba representado por poderosas familias nobiliarias como los Guisa.

La guerra civil era inevitable y asoló el país durante casi 40 años, se contabilizaron hasta 8 guerras de religión. No fue una guerra de grandes batallas y asedios, sino más bien de golpes de mano. eran frecuentes los enfrentamientos callejeros, asaltos y quemas de iglesias y asesinatos por cada uno de los dos bandos. La incapacidad de controlar la situación hizo que cada vez más potencias extranjeras se inmiscuyeran en los asuntos franceses. El bando realista, católico solicitó ayuda a España y los hugonotes a los príncipes alemanes protestantes y a la reina Isabel I de Inglaterra.

El reinado de Carlos IX se extendió de 1562 a 1574, en 1563 un edicto real restringió la libertad de culto, solamente los grandes señores disfrutarían de ella junto a sus vasallos. la fragilidad de estos acuerdos se rompieron cuando el Rey, consideró que podía acabar con la rebelión matando al gran líder hugonote Coligny. En la noche de San Bartolomé ( 22 de agosto de 1572) fue asesinado en París produciéndose en la capital y otras provincias graves incidentes.


Enrique III sucedió a su hermano en 1574. El país atravesaba graves conflictos y cada vez se veía con más recelo el poder que alcanzaba la liga católica sufragada por España y dirigida por la poderosa familia de los Guisa. El rey se fue acercando cada vez más a Enrique de Borbón, miembro del bando protestante para tratar de mantener un mínimo equilibrio en Francia, en Diciembre de 1588, el Rey ordenó la ejecución del duque de Guisa y otros miembros de la liga católica. Esta nueva posición escandalizó al Papa que lo excomulgó, produciéndose en Paris una nueva sublevación, obligando al monarca a huir y siendo asesinado poco después en 1589.

el sucesor fue Enrique de Navarra, de la familia Borbón. Comprendiendo el obstáculo insuperable que para él representaba su fe calvinista, prometió mantener el catolicismo, reunir un concilio y hacerse instruir en estos principios. Muchos nobles y eclesiásticos se dieron satisfechos con estas posturas, cansados de incontables años de guerras civiles, sin embargo hubo algunos disconformes que continuaron combatiendo.

El clima fue favorable para Enrique de Borbón ya que el otro bando estaba apoyado por España que defendía la llegada al trono de una hija de Felipe II. Los franceses no querían las injerencias de un rey extranjero y el papado veía con malos ojos una posible unión Francia-España, que quebrantase el equilibrio europeo. La solución fue la conversión de Enrique al catolicismo  siendo coronado como Enrique IV, en 1594.
 El problema religioso quedó zanjado con el Edicto de Nantes el 13 de abril de 1598, en el que se recogían todas las disposiciones relativas a la tolerancia religiosa que se habían recogido anteriormente, y que entró al fin plenamente en vigor. Fue un decreto que autorizaba la libertad de culto y de todos los demás, con ciertos límites, a los protestantes calvinistas. El primer artículo es un artículo de amnistía que ponía fin a la guerra civil: el edicto favorecía al catolicismo, que fue declarado religión dominante y habría de ser restablecido en todo el reino. Los protestantes debían pagar el diezmo eclesiástico y respetar las fiestas de la Iglesia y las restricciones canónicas sobre el matrimonio. El ejercicio del culto protestante se limitó a zonas geográficas específicas. El edicto sólo trató la coexistencia entre protestantes y católicos, pero no incluyó las demás minorías religiosas. Hoy día se celebra a pesar de que el edicto garantizaba una tolerancia limitada.





1 comentario:

  1. Gran entrada señor D. Castro, así da gusto tratar, de forma sintética, clara, ordenada y perfectamente delimitada algo que por desgracia apenas se menciona en la Facultad de Oviedo. Una aportación sólida

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